En principio ambos problemas parten de la misma base, la acumulación de grasa subcutánea. Ya sea por exceso de ingesta calórica, falta de ejercicio, poca ingesta de agua y muchas veces por genética, es muy común acumular grasa debajo de la piel que provoca la molesta celulitis y piel de naranja.
Aunque la dieta, ejercicio y elevar nuestro consumo de agua siempre va a ayudar a mejorar el aspecto de la piel, muchas veces es necesario un extra.
La piel de naranja no es más que la fase previa a la celulitis, donde la piel deja de verse tersa y comienza a notarse esos poros incómodos que la hacen ver menos suave. Si tocamos la piel que padece de piel de naranja entonces se observará con celulitis.
La siguiente fase es la celulitis, donde a simple vista se nota fácilmente un cambio en la textura de la piel.
La succión obliga a la grasa a tener movilidad y desecharle, al mismo tiempo que tensa los tejidos. El calor de la radiofrecuencia elimina también la grasa superficial de la piel y estimula la producción de colágeno, para reafirmar y eliminar flacidez, estrías y piel de naranja.