25 enero, 2018
La depilación es cada día más usada en más partes del cuerpo y en general está asociada al dolor, nos excusamos en el dicho de toda mujer: La belleza cuesta.
El molesto rastrillo irrita la piel, la lastima y puede llegar a cortarla. La miel causa que se jale la piel a un grado que llega a ayudar a provocar flacidez, especialmente en una zona como el bozo. Las maquinas depiladoras arrancan el vello de raíz produciendo dolor y ni hablemos del láser que aunque muy eficaz llega a ser insoportable en términos de dolor.
Con la luz pulsada la sensación que provoca el paso de la luz a la raíz del vello es momentánea e inmediata y 100% tolerable. Además el frío que produce el cristal del manipulo nos permite una anestesia local momentánea que también ayuda a hacerlo más tolerable
Sigue estos consejos y notarás como tu sesión dejará de ser un martirio.
1. Evita acudir a tu cita en días previos a tu periodo menstrual o en días de ovulación. Muchas mujeres suelen ser más sensibles en esos días del mes.
2. No rasures tu misma el área previa a tu cita, además de que es difícil observar bien, el rastrillo irrita y hace que al pasar la luz por el área sea más propenso a sentir dolor. Es mejor recortar la zona con unas tijeras pequeñas y que la persona que te atienda rebaje la zona cuidadosamente.
3. Limpia bien la zona antes de tu sesión, ya sea bañarse antes o bien con una toalla húmeda para que la manipulación del área sea más fácil durante la sesión.
4. Utiliza ropa interior de algodón el día de tu cita, ya que las telas sintéticas son más propensas a irritar la zona.
5. Después de tu cita, no realices ejercicio después de tu sesión, la fricción y sudoración excesiva en la zona no es la mejor opción.
Si sigues estos consejos comprobarás que no tiene que ser insufrible la sesión y disfrutarás poder presumir tu piel libre de vello en tus próximas vacaciones!
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